El seguro de crédito es un producto que permite que el tomador se proteja frente al riesgo de impago de aquellas cuentas que tiene pendientes de cobrar, y que emanan de transacciones comerciales a crédito.
Se trata de un mecanismo para cubrir el impago o insolvencia definitiva por parte del deudor cuando se ha llevado a cabo una transacción con aplazamiento de dicho pago.
Dicha cobertura o protección se traduce en tres aspectos o servicios:
Por su parte, el seguro de caución –también conocido como seguro de garantía- es un producto a través del cual, el asegurador, se obliga a indemnizar al asegurado en aquellos casos en los que, el tomador del seguro, incumpla con sus obligaciones legales o contractuales.
Este tipo de seguro tiene lugar cuando una de las partes de un contrato exige a la otra una garantía para responder del cumplimiento de sus obligaciones. De hecho, se trata de una modalidad de seguro muy habitual en los contratos con la Administración Pública, aunque se utiliza en muchos otros casos.
Dadas las diferencias entre el tipo de obligaciones posibles a garantizar, existen también distintas modalidades de seguro de caución como, por ejemplo:
La ventaja del seguro de caución para el tomador del seguro es el hecho de que le permite no consumir su capacidad crediticia; algo que no sería posible si tuviera que aportar una fianza o aval, como garantía de sus obligaciones. En su lugar, tan sólo ha de pagar la prima de la póliza del seguro.
Por último, cabe señalar que, todo pago hecho por el asegurador, deberá serle reembolsado por el tomador del seguro en caso de siniestro.
Para comprender la utilidad de ambos seguros y saber cuándo contratar uno u otro, voy a indicarte una serie de diferencias clave.
El seguro de caución es la herramienta más útil que tiene una empresa para cubrir sus necesidades legales o contractuales de afianzamiento.
En lugar de aportar un aval bancario, o cualquier otro tipo de garantía, basta con pagar la prima de la póliza del seguro de caución. De esa forma, se liberan recursos financieros que poder destinar al desarrollo y expansión del negocio.
Existen muchos tipos de garantías que tu empresa puede estar obligada a prestar, dependiendo de su actividad:
Por su lado, el seguro de crédito es la forma más eficiente de proteger a tu empresa de la insolvencia e impagos definitivos de las cuentas por cobrar.
A menudo, no es posible lograr que los clientes ofrezcan garantía de pago. Sin embargo, eso no significa que debas asumir los riesgos de impago.
Con este tipo de seguros dicho riesgo queda cubierto, disfrutando, además, de los servicios previos de análisis de riesgo y recobro.
Por otro lado, también te permite liberar las reservas para cubrir las cuentas por cobrar, pudiendo igualmente destinar estos recursos al desarrollo y expansión del negocio.
En definitiva, los seguros de crédito y caución son herramientas distintas para necesidades diferentes. De hecho, no es extraño que una misma empresa contrate ambos seguros para cubrir las distintas necesidades de su negocio, y disfrutar de una mayor capacidad financiera y crediticia.
Texto extraído del blog de Solunion
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